Las secuelas de oponerse a los designios de el Altísimo
https://orcid.org/0009-0003-3644-2943
Adán y Eva fueron echados del paraíso, y un serafín con una espada de fuego guardó el paso hacia el árbol sagrado de la eternidad, a fin de que la desleal y culpable unión no tuviera contacto a él e perpetuara